EL DUELO A MUERTE DEL MARQUÉS DE PICKMAN

 

 EL DUELO A MUERTE DEL MARQUÉS DE PICKMAN

Vida y muerte en Sevilla, en 1904

 


EL DUELO A MUERTE DEL MARQUÉS DE PICKMAN (El libro, pulsando aquí)

   El 10 de octubre de 1904, Don Rafael de León y Primo de Rivera, marqués consorte de Pickman, familia propietaria de la fábrica de loza “La Cartuja de Sevilla”, se batía a duelo de pistola con el capitán de la Guardia civil Don Valentín García de Paredes. El duelo era a muerte, y uno de ellos murió. El suceso conmocionó a España.

 


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EL DUELO A MUERTE DEL MARQUÉS DE PICKMAN

Vida y muerte en Sevilla, en 1904

 

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 El libro:

  • ASIN : B0915VD57D
  • Editorial : Independently published 
  • Idioma : Español
  • Tapa blanda : 135 páginas
  • ISBN-13 : 979-8729621804
  • Peso del producto : 231 g
  • Dimensiones : 13.97 x 0.79 x 21.59 cm
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  •                                                          Primero

    Entre Sevilla y Torreblanca,

    al atardecer del 10 de octubre de 1904

     

       Lo que nadie parecía saber en Sevilla aquel día, y los previos, en realidad lo conocía todo el mundo, a pesar de que luego la mitad de quienes estaban al corriente de lo que estaba por acontecer, y acaeció, negasen haberlo conocido con anterioridad a que ocurriese.

       Se trataba de una fórmula, como otra cualquiera, de evadirse de las leyes humanas y divinas.

       Pero en todas las altas esferas de la ciudad se conocía lo que iba a suceder y sucedió, por mucha extrañeza que se pusiese a la hora de contar la realidad.

       Por todos los despachos oficiales corrió la noticia del antes y el después y nadie quiso, o pudo, o sintió la necesidad de hacer nada, dejando que el Guadalquivir, que nunca se detiene, lo mismo que la tarde, deslizase sus aguas serenas como siempre hizo, hacía la inmensidad del mar donde allá sí, allá en el amar, se encrespan.

       -Pase lo que tenga que pasar, si ellos lo quieren, sea… -La frase se la atribuyeron a uno de aquellos hombres con poder, que pudo detener, y no lo hizo, el gran espectáculo que se viviría aquella tarde noche sevillana. Cuando el refresco del otoño apagó los calores del estío.

       Desde los gobiernos civil y militar, hasta la Alcaldía se corrió la noticia, a pesar de que la Alcaldía de Sevilla se encontraba en aquel limbo entre el ser y el estar, puesto que el señor Molero Palacios tenía presentada su dimisión, y don Fernando Barón y Martínez de Angulo todavía no la tenía ocupada de manera formal. Lo haría a finales de mes.

       Don Joaquín Molero presentó su dimisión en los últimos días de septiembre, y don Fernando Barón juraría su cargo en los últimos días de octubre.

       La prensa publicaba, el día 28 de septiembre, que: A causa de las desavenencias con el ministro de Agricultura, ha dimitido, con carácter de irrevocable, el Alcalde de Sevilla. Así que, después de lo ocurrido, sonaba a fanfarria lo de que a consecuencia de la muerte del marqués de Pickman, será destituido. La Real orden nombrando sucesor de don Joaquín Molero a don Fernando Barón se ejecutó el día 29 de octubre; cuando la tormenta había pasado y las aguas se encauzaban de nuevo, o lo trataban de hacer. Una de sus primeras actuaciones fue la de pagar de su propio bolsillo el sarcófago que albergó los restos mortales de un cómico, don Pedro Delgado; y no, todavía no ostentaba el título de conde de Colombí...

EL VERDUGO DE MADRID

 

EL VERDUGO DE MADRID

   Casimiro Municio tuvo a su cargo un desagradable oficio, el de ejecutor de la justicia, o verdugo, de la Audiencia de Madrid. Llegó al puesto en 1916; lo dejó en 1935.

   Su vida comenzó en un pueblo de Segovia, en 1874. Desde su pueblo, y tras cumplir el servicio militar y batallar en las Guerras del Rif, se asentó en Madrid, ejerciendo de carpintero. Hasta que salió la plaza para cubrir el desagradable puesto que lo llevó a ser perseguido por la prensa de Madrid. Murió en la capital del reino, con posterioridad a 1936.

 


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   Las páginas que dan cuenta de su trayectoria, a través del relato que en su día conformó la prensa que se posicionó contra él, pero no contra quienes pudieron evitar su trabajo es, sin duda, un fuerte alegato contra una condena que es, a todas luces, la más bárbara que cualquier hombre puede dictar.

 


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 EL LIBRO:

  • ASIN : B08RTF1L7Q
  • Editorial : Independently published (3 enero 2021)
  • Idioma: : Español
  • Tapa blanda : 123 páginas
  • ISBN-13 : 979-8589963632
  • Peso del producto : 218 g
  • Dimensiones : 13.97 x 0.71 x 21.59 cm


-I-

Una visita incómoda

 

   Quizá porque no hay nada más sagrado que la muerte, al echar la soga sobre la higuera comenzaron a temblarle las manos como la primera vez. Y como aquella primera vez, se le nublaron los ojos.

   Le advirtieron que podía pasar. Sobre todo cuando no se está acostumbrado. Al echar la instancia y preguntar que cuántas veces había que acudir al trabajo le respondieron con seguridad que casi nunca. Aunque no fuese cierto. Pero entonces le tranquilizó imaginar que nunca llegaría a ejercer el oficio para el que, dadas sus recomendaciones, fue aceptado. También se dio cuenta de que el primer día que firmó los documentos todo fueron buenas caras y palabras amables. Después, al convertirse en una persona incómoda, le dio la impresión de que los mismos que lo adularon el primer día, lo trataron más tarde como a un asqueroso perro callejero.

   Entonces, mientras le temblaban las manos y bailoteaban las ramas de la higuera se sintieron las voces sofocadas de Juana, la del pocero.

   -¡Señor Casio, Señor Casio!

   Tampoco era la primera vez que aparecía. ¡Jodía vieja! Siempre pendiente de la vida de los demás; permanentemente sentada a la puerta de la casucha.

   Una casucha como todas las casuchas del entorno de la miseria, que así se podía definir el barrio, con espectaculares vistas a las tapias del cementerio de la Almudena, por un lado, y al lejano Madrid que se extendía más allá de los primeros trigales, y al otro lado de la barranquera que fue abriendo el arroyo del Abroñigal.

   Antes de llegar al Madrid de los señoritos, que se tendía alegre y bulliciosa al pie dela Fuente del Berro, y fijándose con detenimiento, se podían divisar los hotelitos que comenzaban a dar formalidad al barrio de la Guindalera y tras ellos los no menos significativos edificios que se trazaron para que viviesen los madrileños de postín, en el nuevo barrio que ideó don José de Salamanca.

   Al Casio, al escuchar las voces de Juana la del Pocero se le arrugó la cara un poco más de lo que ya la tenía. Últimamente le fastidiaba no poco el que la gente se interesase por él. Que lo hacía, y él contaba algunas cosas a cambio de unos vinos en la taberna de la esquina, oscura y con las moscas zumbando a la frescura y el olor de las tinajas del vino.

   El coche de los que preguntaron por él a Juana la del Pocero lo siguieron con la mirada cuantos sintieron el sonido del motor, y dos docenas de chiquillos corrieron detrás de él, y lo rodearon cuando se detuvo delante de la casucha de la Juana. Luego que se entretuvieron con las vecinas de las Juana, y mientras las chismosas de toda la vida contaban lo que les apetecía, la del Pocero corrió a la casa del Casio a decirle aquello de que lo buscaban. Y el Casio, en lugar de salir por la puerta de delante, lo hizo por la de detrás, por lo que cuando la Juana entro en el patio dela casucha ya no había nadie. A pesar de que al instante, y por detrás de ella, llegó la encargada del patio de vecindad, que podía pasar, aunque no lo fuese, por la portera de aquel entramado de chabolas que abrían sus puertas a tres o cuatro patios, uno detrás del otro, y por el que el dueño del terreno cobraba los correspondientes alquileres. Unos alquileres que le permitían vivir con desahogo en la Glorieta de Bilbao, bien lejos de la miseria conocida de las esquinas de Madrid.

   Es lo que tiene vivir en un barrio de casuchas malamente rehechas, puesto que todos los inviernos el agua, el viento y la nieve hacía de las suyas y en la primavera se tenían que rehacer los tejados o alguna que otra pared.

   El entorno, como tantos otros de los alrededores de Madrid no era más que una especie de avispero de pedigüeños y gentes de mal vivir, como los definiría algún que otro político, de ahí que no se ocupasen mucho por mejorarlo. Ya se cansarían de vivir allí, se irían a otra parte o cruzarían las tapias del cementerio; que también hay que tener coraje para levantarse una casucha junto a las tapias de un cementerio.

   -Ya ve usté –confesó plácida Juana la del Pocero cuando le preguntaron-, cosas de la necesidad.

   El Casio, antes de marcharse a vivir a las casuchas de las tapias del cementerio vivió en el entorno de la Puerta de Toledo, y después en la calle de la Palma, hasta que se descubrió quién era, lo comenzaron a señalar y decidió marcharse a un lugar en el que, como todos tenían por qué ser señalados, podía pasar más desapercibido...

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COLECCIÓN TINTA NEGRA


COLECCIÓN TINTA NEGRA
LA LETRA DEL CRIMEN 
(gismeraatienza@gmail.com)

   La colección Tinta Negra recrea algunos de los más conocidos crímenes que tuvieron lugar en la España del siglo XIX y los comienzos del XX.

   A través del relato de los hechos el autor nos introduce en la España de su  tiempo, y en las circunstancias en las que los acontecimientos que se cuentan tuvieron lugar.








   Nueve son los títulos publicados hasta la fecha, cada uno con su intriga y sus personajes. Así como lo sucedido con algunos de ellos, con el pasar del tiempo.

   Los títulos publicados hasta la fecha, son:


El autor se ha valido, para ordenar los relatos de que la  colección se compone, de la prensa y documentos de la época, como se señala:

El relato que sigue está tomado de las noticias que ofreció la prensa a lo largo de aquellos meses, y años, con la aportación personal  del autor, y las noticias añadidas en torno al suceso y sus circunstancias.

No todos los hechos, por supuesto, corresponden a la realidad ajustada a los sucesos, los principales, claro está, sí.

En todo crimen suele haber un culpable, una víctima y, en ocasiones, algunos cómplices; también suele haber otro tipo de víctimas, ajenas a los procesos. Y una justicia, en ocasiones, difícil de entender.



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El autor:

Tomás Gismera Velasco, cronista de Atienza y su Tierra, es autor de más de un centenar de trabajados de historia en torno a los pueblos y provincia  de Guadalajara.
   Su obra, ha sido reconocida en numerosas ocasiones, destacando premios recibidos como el "Alvaro de Luna", de historia, de la provincia de Cuenca, ( en dos ocasiones); "Eugenio Hermoso" (de Badajoz); "Serrano del Año" de la Asociación Serranía de Guadalajara", "Popular en Historia", del Semanario Nueva Alcarria; "Melero Alcarreño", de la desaparecida Casa de Guadalajara en Madrid; Alonso Quijano de Castilla la Mancha; Turismo Medioambiental del Moncayo, de Zaragoza; Paradores Nacionales; Radio Nacional de España;  Novela Histórica y Recreación Literaria de Córdoba; Hispania de novela histórica; Federación Madrileña de Casas Regionales; etc.
   En la actualidad es colaborador habitual de varios medios de prensa, radio y televisión de Castilla-La Mancha y Castilla-León;  siendo habitual su firma, semanal, en el bisemanario de Guadalajara "Nueva Alcarria", en donde lleva a cabo la sección "Guadalajara en la memoria"; así como en el digital "Henares al Día"; donde tiene a su cargo la sección "Gentes de Guadalajara"; colaborador de la emisora radiofónica EsRadio Guadalajara, así como de la televisiva Alcarria TV;  habiendo sido colaborador de otros medios como "Cultura en Guada"; "Arriaca" del que fue director de edición; Cuadernos de etnología de Guadalajara, de donde ha sido vocal del Consejo de Redacción; etc. Siendo fundador, coordinador y director de la revista digital Atienza de los Juglares, de periodicidad mensual, fundada en 2009, y reconocida como una de las mejores, en este contexto, editadas en la provincia de Guadalajara, de repercusión nacional y carácter altruista.

EL DUELO A MUERTE DEL MARQUÉS DE PICKMAN

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